martes, 27 de enero de 2009

ADIOS ANICA, Y PERDONA .....

Correría allá por la posguerra, época como sabemos de escasez económica. En aquellos tiempos como en todos, había en Motril diversas casas de lenocinio, dicho así finamente, osea casas de putas. Una de aquellas profesionales del oficio mas antiguo del mundo llamábase Ana y un día, un motrileño al que llamaremos Manuel fue a visitarla, aquejado sin duda de exceso de humores corporales. Como decía corrían años de miseria económica y este Manuel no iba a ser una excepción, el pobre estaba mas tieso que la mojama. Así pues, visitó a la suponemos que sicalíptica Ana y, una vez terminada la faena, se vistió y dirigiose a la puerta de la casa saludándola de este modo: Adiós Anica , y perdona... y Anica la pobre se quedó sin cobrar sus servicios.